Bob Sands Big Band y Quique Gómez

• Movilidad reducida
• Bucle magnético

Bob Sands era -parafraseando la película aquella de Wim Wenders- el amigo americano que veíamos a menudo en la acogedora atmósfera del club. Este saxofonista, afincado en Madrid, ponía en marcha, cuando así se lo requerían, una big band que privilegiaba siempre el solismo de los intérpretes. Sands era así de espléndido. Y también un músico fogoso que, sin perder jamás el rumbo marcado, ejercía como valiente valedor de la creación de clímax sonoros con los que disfrutaban aficionados al jazz y simples curiosos que se acercaban a comprobar el comportamiento de esta nuestra música.

El tanatorio de San Isidro, en Madrid, despidió en el verano del pasado año a este enorme músico con una nutrida representación de admiradores y amigos. Acudieron, esencialmente, programadores de conciertos, dueños de salas y clubes, músicos y, por supuesto, alumnos, que, para eso, Sands fue, en sus últimos años de vida, profesor en Musikene, el Centro Superior de Música del País Vasco. Dick Angstadt, propietario del extinto Bogui de Madrid, ha recordado en más de una ocasión que, aproximadamente, el 80 por ciento de los músicos jóvenes que recurrían a él solicitandole una oportunidad, habían sido alumnos suyos.

Ahora Bob Sands revive en este proyecto que se presenta en JAZZMADRID. Y lo hace junto a muchos de los músicos que conformaron su big band y con el incentivo añadido de contar con un invitado como Quique Gómez. Quique -que tuvo comportamiento de crooner en la orquesta de Bob Sands en muchas ocasiones- es un armonicista y cantante para el que el blues, después de más de diez discos publicados, carece de secretos. Conseguirá que, en este concierto, el soul y el blues braceen con absoluta propiedad en las caudalosas aguas del jazz. Así se homenajea a un maestro. Y, con el de Bob Sands, el recuerdo también a Norman Hogue, el trombonista que pasó muchos años insuflando vida al jazz latino hecho entre nosotros. Desaparecido en las mismas fechas que Bob, estadounidense como él, estará siempre en la memoria también de todos nosotros.