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Presentación

JAZZMADRID 2025,
Jazz a la luz del cielo de Madrid

Sucede cada año y la presente edición de JAZZMADRID no iba a revelarse diferente. Esta cita, que se celebra desde 2014, sigue firme en su empeño en seguir siendo uno de los centros neurálgicos del jazz en Europa. Su presencia entre nosotros es un fenómeno que la gran afición aguarda expectante cada vez que llega el otoño, y su centro de gravedad permanente sigue estando asociado a la solera cultural de los enclaves municipales donde todo acontece: Teatro Fernán Gómez, CentroCentro y Contemporánea Condeduque. E, igualmente, en aquellas otras escenas donde tienen lugar los conciertos de la enseña Villanos del Jazz, que, por quinto año consecutivo, forman parte de la programación oficial del festival: Teatros Pavón, Albéniz, Barceló y Fernán Gómez, Sala Villanos y diferentes auditorios de hasta cuatro localidades de la Comunidad de Madrid.

La muestra se desarrollará a lo largo de los meses de septiembre, octubre y noviembre, abriendo ante los ojos y oídos de la afición un vistoso muestrario jazzístico. En el programa se prestará mucha atención, por una parte, a la defensa de la más estricta ortodoxia histórica del género, y, por otra, estará muy presente también la vigilancia de la reivindicación de su libertad como esencia de la condición creadora que tiene esta música para experimentar. La idea sigue rastreando el mejor modo de mostrar todas las tendencias y coloraciones imaginables, renovadoras y también tradicionales del jazz, pues solo con el compendio de ambas es posible mantener activa la memoria, el reto fundamental de cualquiera de nuestras sociedades, ocupadas demasiadas veces en la ilusión del presente, aunque éste ya sea historia cuando se empieza a ser consciente del paso del tiempo.

Jazz: geografía musical de las emociones

Este estilo musical, del que suele decirse que creció pobre y sin recursos en el sur de los Estados Unidos, con el transcurso del tiempo y la aparición de algunos de sus más destacados intérpretes, logró demostrar que no solo es una cultura musical que gestiona de forma especial los recursos sonoros que le proporcionan identidad, sino también una nueva y revolucionaria forma artística de procurar un cambio global de las actitudes. La máxima podría haber sido: «Si el arte es libertad, evolución e inteligencia, el jazz también lo es». Y, así, con esa determinación firme, esta música fue evolucionando a través de décadas de intenso y permanente trabajo, hasta dar con diferentes intérpretes que, conscientes de que el jazz es también un estilo con visado de viaje permanente, permiso de residencia y, por lo tanto, con muchos linajes, encontraron alianzas y modos para instalar su atractiva expresividad en cualquier lugar del mundo.

Gracias a este detalle, el jazz, en estos momentos, pertenece al individuo, es de cada lugar, ya no solo es estadounidense. Lo saben muy bien los muchos músicos que trabajan en nuestro ámbito local. Saben que el jazz es una música apátrida, una iniciativa artística que se construye en desafío, siempre enfrentada a la rigidez del formalismo académico y a la dictadura de las formas fijadas en la partitura. Esa, en resumen, ha venido siendo, desde 2014, la filosofía que ha caracterizado la dinámica programadora de JAZZMADRID. Ahora, en 2025, vuelve a ser, por supuesto, la misma que lo define.

Suma y sigue de recuerdos y homenajes

Habrá en el programa aproximaciones al gospel y los espirituales con la cantante Lizz Wright; habrá blues con la Red House Revival Reunion, y habrá homenajes variados a personajes tan imprescindibles como lo fueron el guitarrista Paco de Lucía, la cantante Amy Winehouse, el pianista Bebo Valdés, el saxofonista Pedro Iturralde y el trompetista y percusionista Jerry González. Por otra parte, en diferentes escenarios hervirán los recuerdos de la película Calle 54 en el vigésimo quinto aniversario de su estreno, con los conciertos homenaje ya citados, además de los de Eliane Elias, Chucho Valdés, Paquito D’Rivera y Chano Domínguez.

Adictos al talento

Mucho de aventura también volverá a tener cabida en el cartel, y, para eso visitarán nuestros escenarios el saxofonista Kenny Garrett, un estilista de habilidad proverbial para hilvanar escalas con ideas melódicas en los capítulos de improvisación; el elegante pianista Gonzalo Rubalcaba en compañía del mandolinista Hamilton de Holanda, y la gran diva del piano Hiromi Uheara, traída junto a sus Sonicwonder en vuelo y nube otoñal desde Japón. Y también habrá músicos polifacéticos como el guitarrista austríaco Wolfgang Muthspiel, la cantante Jazzmeia Horn, el guitarrista Julian Lage, el pianista Shai Maestro, el bajista Victor Wooten al frente de The Wooten Brothers, el baterista Makaya McCraven, el pianista armenio Tigran Hamasyan o el organista John Medeski, que, al frente de su banda Mad Skillet, amplía las posibilidades de su Hammond B-3 a una variada gama de teclados. La singularidad de la música de toda esta gente radica en haber encontrado el modo de emborronar la frontera entre el compositor y el instrumentista, haciendo que ambas facetas sean convocadas simultáneamente en sus conciertos.

La garantía de los clásicos

Habrá igualmente clasicismo con la música de la trompetista canadiense Bria Skonberg; con la del contrabajista Avishai Cohen y con la de la cantante Stacey Kent. Y lo habrá igualmente con los temarios que desarrollarán The Yellowjackets, la Banda Sinfónica Municipal de Madrid y el dúo guitarrístico conformado por Martin Taylor y Ulf Wakenius, binomio artístico del que siempre se espera lo mejor. Y habrá también un fin de fiesta en Fernán Gómez que protagonizará la trompetista y cantante Andrea Motis, homenajeando junto al coro Barcelona Gospel Messengers a la inigualable Amy Winehouse.

De vocación estrictamente ecléctica

En el programa estará presente igualmente la pareja que componen Leonor Watling y Leo Sidran, un enlace el de estos artistas que se ha ido fraguando a fuego lento desde la admiración recíproca que ambos sienten desde hace muchos años. Y todo adornado con el sugerente fondo instrumental que suministra la sofisticada The Groovy French Band. Este grupo, como para contrastar su elegante estilo clásico, es vecino de cartel de un manojo de excelentes artífices de soul-jazz y funk destinados al público más joven. De actualidad inmediata nos informan los repertorios preparados por gente tan conocida de todos como Myles Sanko, Freedonia, Hypnotic Brass Ensemble o el Organ Trio de Delvon Lamarr, pero también lo hacen los menos populares Ledisi, Emma Thackray, The Main Squeeze, Dante Spinetta, Balthvs, Bilal y The Baylor Project.

Nueva evocación del clasicismo

Y, llegados directamente desde aquel tiempo en que el jazz conectó sus ideas y su hábito improvisador con el tendido eléctrico, el festival contará con la comparecencia de otro par de notables con altura de gigante; dos estrellas indiscutibles del jazz-rock: el guitarrista Al Di Meola y el baterista Billy Cobham. Los dos buscaban hace 50 años un sonido más próximo a lo cotidiano, pero, además, con un lenguaje que incluyese nuevos elementos. En JAZZMADRID demostrarán que, el primero en clave acústica junto a su trío, y el segundo con su quinteto conectado a la red, siguen conservando, muy vivos, bien y sobre todo puestos al día, los valores de aquella prodigiosa exploración sonora de hace medio siglo: un jazz moderno de cualquier época.

El futuro es de ellos

Una cita como esta, sin embargo, tendría el valor del papel mojado si no intentase volar ofreciendo oportunidades al colectivo de creadores nuevos, o menos conocidos, que, de otro modo, difícilmente, entrarían en los circuitos. Esa es la razón por la que, en la presente edición, este equipo programador ha querido prestar especial atención a un espectáculo que raya en lo teatral, como el de Marcos French es la Prima Donna. Después del éxito de Confesiones de una Prima Donna, Marcos French, el artista que ha revolucionado el pop teatral, se presenta con una función cargada de sensibilidad, estética dramática y muchísima personalidad.

E, igualmente, se percibe un especial cuidado en la puesta al día de los contenidos del programa, albergando este año diferentes sesiones de dj que quedarán a cargo de Soichi Terada desde Japón, Jamz Supernova desde Reino Unido, Coco Club desde México, Dj Spinna desde Nueva York, y Antal desde Países Bajos. Puestos a degustar, sin embargo, el sabor sonoro de la arquitectura rítmico-melódica más avanzada del jazz, lo mejor es acudir a conciertos como los que protagonizarán el saxofonista Alabaster Deplume, la cantante y guitarrista Maya Delilah o el productor y compositor Daniel Avery, los tres procedentes de la muy pujante escena británica del jazz contemporáneo. Sumarán, asimismo, esfuerzos en este quehacer Mammal Hands, Adrian Younge, Lucía Rey, Joe Armon-Jones, el guitarrista Juan Medina, el grupo Flamencos Cantan a Bob Marley, AltaGracia, Banda Magda, Matthieu Saglio, Reuben James, Arturo Pueyo y Alex Conde, los dos últimos cortesía de la Asociación de Intérpretes y Ejecutantes y de sus circuitos AIEnRuta-Jazz.

De brillante porvenir

Finalmente, como ya ha sucedido en años anteriores, la programación reserva un vistoso e interesante espacio para los estudiantes de conservatorios y escuelas de música de Madrid. No haría falta volver a afirmar que este colectivo representa a fin de cuentas el futuro de nuestro jazz, pero es interesante recordarlo siempre. Por ello, vuelven a JAZZMADRID grandes formaciones como la big band de Arturo Soria, la Soler Jazz Band y el Creativa Grand Ensemble, las tres integradas por músicos procedentes de las aulas, respectivamente, del Conservatorio de Arturo Soria, el Centro Integrado de Música Padre Antonio Soler, de San Lorenzo de El Escorial, y la Escuela de Música Creativa. En JAZZMADRID, estos intérpretes disponen hace tiempo de un vistoso espacio en el que demostrar que sus valores técnicos no son el único calibre de la medida de su talento.

El sortilegio saxofonístico de Charles Lloyd

Otro de los maestros incontestables de la gran casa del jazz que quizá, comparezca por última vez en una escena, es el histórico saxofonista tenor Charles Lloyd. En el discurrir de nuestra música ha habido tantos intérpretes de su instrumento como estrellas tiene el firmamento; pocos, sin embargo, han sabido conmover -sin caer en el sentimentalismo- como Charles Lloyd. A poco que se quieran inventariar sus logros, se aprecia enseguida que este músico proteico recoge influencias de cualquier momento vivido, y, a propósito de este detalle, es bueno recordar ahora que cuenta ya con 87 espléndidos años de edad. Se encuentra en una forma increíble y llega esta vez a JAZZMADRID al frente del Sky Quartet, con Larry Grenadier y Eric Harland, en contrabajo y batería, y con el pianista Jason Moran, un intérprete cuya música dispara en muy diferentes direcciones.

Más o menos las mismas trayectorias -en cuanto al número, la intención es muy diferente- a las que apuntan la vocalista y cellista argelina Nesrine, los cantores brasileños Joao Bosco y Mariana Froes, la intérprete británica de kora guineana Sona Jobarteh, los cubanos Cimafunk o el pianista Alfredo Rodríguez, la bajista y cantante Nik West, los artífices de una peculiar síntesis entre gnawa marroquí y flamenco Saad Tioluly y Lin Cortés, el baterista Joachim Cooder, la cantante de Mongolia Enji, o el mandolinista estadounidense Chris Thile, bien conocido este último por haber firmado en 2017 aquel disco homónimo grabado junto al pianista Brad Mehldau.

Impulso llega a JAZZMADRID

El atractivo carácter isócrono que tiene el jazz en el otoño en Madrid, permite que, mientras se desarrollan las actividades de los espacios municipales y aquellos otros que ha previsto tener el ciclo Villanos del Jazz, las programaciones de otros lugares se crucen y superpongan, dando lugar a un mosaico en el que el visitante deberá escoger y acudir allá donde más le interese.

En este sentido, es bueno apuntar que JAZZMADRID no solo tiene la intención de seguir manteniendo una de las fisonomías culturales que, con la aportación de las programaciones de nuestros colaboradores, han hecho de nuestra convocatoria una cita singular, sino que esta edición verá implementadas sus posibilidades, incluyendo en su programa general un nuevo ciclo de jazz creado por la marca Cultura Inquieta. Este recién nacido certamen se llama Impulso, ha sido concebido por el empresario y programador Roberto Rey, y promete hacer subir a las escenas del Café Berlín y del Club Tempo a algunos de esos artistas que están renovando el jazz a través de diferentes vías de asalto, todas ellas procedentes de estilos muy modernos en su concepción.

Ciudad Lineal y Jazz en los Distritos, dos escaparates en crecimiento

Antes de mostrar la programación de Impulso, vayamos, en cualquier caso, primero con los contenidos de las dos iniciativas municipales que nos acompañan desde hace años, y cuya complicidad, al margen de la sección oficial, ya todos conocen bien. Hablamos del Festival de Jazz de Ciudad Lineal, y de Jazz en los Distritos. La programación del primer encuentro permite que a la escena de diferentes centros culturales de aquel enclave asomen nombres como los de Lara Vizuete, Verswings, Alma de Jazz, Juan Mesa & Alberto Medina, Nathalie Braux, Amy Gaviria Quartet, Pablo Martín Caminero & Daniel García, Hilario Rodeiro, Yrvis Méndez Quintet, The Sunny Side Street Band, y el espectáculo familiar Vagabluseando por una esquina.

Jazz en los Distritos, por su parte, prevé visitas como las de la banda Eme Eme Project liderada por Marta Mansilla, una intérprete de flauta que no solo coincide con María Toro en el instrumento que elige para expresarse, sino también en su ideario. Ambas han sido convocadas en esta programación, como lo han sido igualmente la cantante costarricense Pahola Crowley, el guitarrista argentino Raul Kiokio, el pianista Moisés P. Sánchez, la terna compuesta por Javier Colina, Ami Gaviria y, de nuevo, Raúl Kiokio, y, finalmente, el tándem formado por el saxofonista cubano Paquito D’Rivera y el pianista Chano Domínguez, que, en esta ocasión, ofrecerán a los asistentes un coloquio entre ambos.

Otras geografías del jazz en Madrid: Jazz Círculo, Jazz con sabor a Club, Instituto Francés

Por otra parte, de entre cuantos proyectos privados amplían nuestras geografías naturales, JAZZMADRID volverá, como en años anteriores, a sumar a su cartel los conciertos y actividades de jazz que, durante toda la extensión del festival, desarrollarán Jazz Círculo, del Círculo de Bellas Artes; la Asociación Madrid en Vivo, a través de su programa Jazz con Sabor a Club; la ya mencionada propuesta de Impulso, el nuevo escaparate para el jazz actual en Madrid, y, por último, la oferta que este año nos hace el Instituto Francés, concretada en la fantástica música de identidades múltiples que, con el nombre de Speaking Tango, elabora el dúo compuesto por el percusionista Minino Garay y el pianista Cedric Hanriot.

Todo esto es jazz

Jazz Círculo, cuya colaboración se remonta al origen de JAZZMADRID, albergará en el Círculo de Bellas Artes actuaciones como las del sexteto del trombonista Julián Garvayo, la presentación de la vocalista de origen guineano Astrid Jones junto a su grupo The Blue Flaps, y la comparecencia de los quintetos de los saxofonistas Ariel Brínguez y Antonio Lizana, el último, por cierto, doblando actividad como cantaor. Por otra parte, Jazz con Sabor a Club contará en diferentes salas de música en vivo de Madrid con señuelos artísticos tan atractivos como el cuarteto de Javier Colina, la armonicista Raquel Vega, El Jazztet de la cantante y pianista Bea Montero, el pianista Pedro Ojesto o, entre otros muchos, el guitarrista Chema Sáiz y el cantante Leo Mínax.

A Cultura Inquieta, por último, promotora tal como se apuntaba líneas atrás de la iniciativa del ciclo Impulso, hay que agradecerle que este año haya decidido que vengan a JAZZMADRID algunos de los jazzistas más atractivos de la modernidad. Resulta singularmente apetecible, por ejemplo, que el encuentro cuente con la presencia de saxofonistas como la británica Jasmina Myra, los estadounidenses Inmanuel Wilkins, Tomoki Sanders (hijo de Pharoah Sanders) o Bill Evans, este último acompañado por la Vansband, una formación cuyo liderazgo comparte con el baterista Dave Weckl.

No menos estimulante será la presencia igualmente de Kyoto Jazz Massive & Vanessa Freeman; The Headhunters, sin la presencia de Herbie Hancock; los húngaros Jazzbois y el vocalista Michael Mayo, el teclista Bobby Sparks, el guitarrista Stanley Jordan, los tríos de Alba Armengou y Roberto Fonseca, el último acompañado por Andrés Coayo; el Trasatlantic Guitar Trio del alemán Joscho Stephan; la banda igualmente alemana Zeitgeist Freedom Energy Exchange; el baterista Karriem Riggins al frente de J.Rocc, y el proyecto Dream Manifest del trompetista Theo Croker, al que muchos recordarán en JAZZMADRID por haber formado en 2014 en el grupo con el que la vocalista Dee Dee Bridgewater nos visitó por vez primera.

A solas con los beatniks de la literatura

Fijando atenciones en la literatura, la poesía y el pensamiento de los escritores de la Beat Generation estadounidense, JAZZMADRID vuelve un año más a la Biblioteca Nacional de España, la casa común del saber, con una conferencia ilustrada que analiza la influencia que, durante las décadas de los años 50 y 60 del siglo pasado, tuvo el jazz en esta corriente literaria. Este acto completa la oferta del festival junto a los conciertos que su cartel acoge en cada edición, procedentes de la programación del Festival de Jazz de Zaragoza; una colaboración, compartiendo actividades con JAZZMADRID, que encara ya un historial de cinco años de veteranía. La iniciativa, como la de Villanos del Jazz, se concreta en esa atractiva fórmula de trabajo común entre entidades privadas y públicas, tan característica ya desde hace mucho tiempo en una buena parte de los festivales que se llevan a cabo en Europa.

Mística y duende del jazz hecho entre nosotros

Hasta aquí, los contenidos del programa serían suficientes para hacer fortuna. Sin embargo, entendemos que también puede ser muy interesante volver a destacar una vez más que la contribución general de las mujeres en el grueso artístico de los carteles de JAZZMADRID se salda siempre con una presencia de algo más de un tercio de participación. La selección, como en el caso de la intervención masculina, se ha realizado teniendo muy presente un factor como el de la juventud de las participantes, además, por supuesto, del análisis de sus capacidades artísticas.

E idéntico juicio merece el espacio específico que, cada año, JAZZMADRID ofrece a los músicos de nuestro país para que muestren sus últimas elaboraciones. A fin de cuentas, es muy difícil que un jazzman reconozca otra patria que no sea la música -el jazz es su territorio-, y JAZZMADRID garantiza eventualmente ese suelo: el escenario. En ese apartado, además de los nombres ya mencionados, queremos destacar la presencia del armonicista Antonio Serrano en dúo con el pianista Kaele Jiménez; la del contrabajista Baldo Martínez; el guitarrista Rafael Riqueni; las vocalistas Astrid Canales y Lole Montoya; la Barba Dixie Band, formación de paseo que adornará la ciudad con un divertido desfile, y los pianistas Iñaki Salvador, Mariano Díaz y Marco Mezquida, los dos últimos revistiendo sus respectivas entregas en Contemporánea Condeduque con un discurso que informa de los peligros de la IA. Y solo por concluir ya esta información inaplazable, destacar de nuevo la presencia del gaditano Chano Domínguez, esta vez al frente de un proyecto en el que presenta la música de K.A.I., una variante convenientemente actualizada de su banda CAI, experiencia seminal de rock progresivo de los años 70 y 80, con la que Chano se dio a conocer desde su Cádiz natal.

Este festival no se detiene. Su afición, cuando llega el otoño, marcha a ritmo de jazz y sus corazones vibran al unísono ante propuestas y acontecimientos análogos. La flor de lo bueno se abrirá a placer un día sí y otro también ante un programa que llega desprejuiciado, fresco, rabiosamente joven y dispuesto a mostrar un envite liberador que, desde siempre, ha personificado los principios de igualdad de derechos y paridad de oportunidades asumidos por quienes viven en una sociedad libre. Nada, pues, que no sea agradecer finalmente el trabajo de cada uno de los involucrados en el evento, queda por decir. Con su implicación, Madrid volverá a lucir sembrada, por doquier, de maravillosos espectáculos de jazz hasta el 30 de noviembre. Y, flotando en el éter -como aquella respuesta de la canción de Dylan-, quedará la gratitud más sincera de cuantos lo hayan disfrutado. Sucede cada año.

Luis Martín
dirección artística JAZZMADRID
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