Conciertos oficiales
Son unos cuantos los pianistas de raigambre verdadera que coinciden este año en las escenas de JAZZMADRID. Solo uno llega, no obstante, desde los Estados Unidos, cuna del jazz. Dirige un trío que estrenará sus más recientes invenciones en este concierto que reservan las sesiones del Fernán Gómez. Cuando estos tres artistas pisen la escena, un vendaval musical se apoderará de la voluntad de cuantos acudan a verles. Ha sucedido antes.
El responsable se llama Cyrus Chesnut y basta con recordar las variadas comparecencias que, en años recientes, llevó a cabo en el festival de jazz de Vitoria, para darse cuenta de que hay poca exageración en calificarle como prodigio. Ya empezó a dar muestras de talento cuando, después de estudiar piano clásico, perfeccionó conocimientos de arreglo y composición de jazz en el Berklee Colege of Music. Su aparición en esta prestigiosa escuela obtuvo gran repercusión cuando se alzó, de forma consecutiva, con premios del prestigio Eubie Blake Fellowhip, en 1982; Quincy Jones Scholarship, en 1983, y Oscar Peterson Scholarship, en 1984.
Hoy quiere volver a seducirnos y argumentos no le van a faltar. Le acompañan para la ocasión un par de escoltas rítmicos que ven, igualmente, en el clasicismo de Chesnut una música que responde estrictamente al tiempo presente. A sus 61 años de edad, Chesnut sigue siendo joven para querer ser Art Tatum o Red Garland, pero sí parece dispuesto a dejar escuela tras de sí. En realidad, lleva años haciéndolo y también sabe ocupar expresamente el puesto de líder. El griego Giorgos Antoniou es, claramente, el contrabajista que puede seguirle a cualquier parte sugiriendo la base de acentos y puntuaciones donde todo sucede. Y, sobre ésta, el contrabajo de Joe Sanders explicita los márgenes por los que circula la música que Chesnut quiere hacer.
Este pianista, que creció en Baltimore, tiene tras de sí una historia fuertemente ligada a los estilos de cada una de las estrellas con las que ha tenido el privilegio de compartir música. Desde Wynton Marsalis a Dizzy Gillespie; desde Betty Carter a Freddie Hubbard; desde Jon Hendricks a Kevin Mahogany. Y, por encima de todo, su pasión por el gospel y por la tradición del piano de jazz. Un músico que rehúye siempre la estandarización y fomenta una inventiva repleta de alusiones a la vasta historia de esta música. Y sabe asentar como pocos, en placenteros términos de audibilidad, las explosiones libres de unas composiciones en cuya brillante resolución hace evidente que pertenece a una generación de pianistas que parece no tener techo. Será un placer volver a disfrutarle.
CYRUS CHESTNUT – piano
GEORGIOS ANTONIOU – contrabajo
STEVE PI -batería