Irene Reig Trío

• Movilidad reducida

Es vox pópuli: una de las representantes más interesantes de las nuevas generaciones de jazzistas en Cataluña. Energía, pasión y espontaneidad es lo que cualquiera que la escuche puede encontrar en su repertorio de temas originales, junto a versiones de algunos clásicos del bebop y el hardbop.

La Caja de Música de CentroCentro, uno de los escenarios naturales de JAZZMADRID, se convertirá a la llegada de la saxofonista Irene Reig en un auténtico club de jazz. A los quince años de edad, esta creadora -que ya se había interesado por la música a edad muy temprana- se adentró en el mundo del jazz. Ya entonces, formando en la Sant Andreu Jazz Band, para poco después estudiar en ESMUC, con profesores como Gorka Benítez, Eladio Reinón o Xavi Figuerola, tenía muchas cosas que decir. Era un torrente de fuerza que huía de cualquier mimetismo, y quiso demostrarlo instalándose más tarde en Amsterdam. Allí cursó un máster de interpretación conducido por Ferdinand Powell.

En momentos como estos, con la afición asolada por el jazz clónico, se agradece la irrupción en escena de una artista así. Aporta a la música que hace el valor de sus experiencias personales. Ya su primer disco como titular, Views, mostró en 2017 un temario integrado por composiciones propias en las que se evocaban recuerdos de Barcelona, Ámsterdam y Filadelfia, ciudades donde Irene ha residido. Views fue grabado en orden instrumental de quinteto, pero es que sus dos siguientes discos, The Bop Collective y Lapsis, publicados respectivamente en 2018 y 2019, están registrados en formato de octeto, y en ambos abundan los temas originales con arreglos que rubrican una personalidad y una frescura incontestables.En estos momentos, Irene Reig lidera tres formaciones, respectivamente, de trío, quinteto y octeto, y hasta nosotros, gracias al programa AIE En Ruta Jazz, de la AIE, llega ahora en la primera formulación. Irene es consciente de que el trío es la reunión de músicos que mejor acoge las enérgicas vaharadas de la inspiración jazzística. En su interior, su saxo circula con las bridas más sueltas y la proximidad permite, como en el mejor Sonny Rollins, una complicidad mayor y más osadía de sus socios rítmicos. Con Irene Reig no llega una promesa a nuestro jazz; muy al contrario, la saxofonista es una realidad palmaria. Su concierto levantará pasiones.