Pepe Rivero y Ángela Cervantes

• Movilidad reducida

Olas y arenas

Hay que ver lo bien que se hacen algunas cosas en nuestra casa y lo complicado que, en ocasiones, resulta conocerlas. Lo que una cantante ibicenca y un pianista cubano tienen previsto hacer sobre el escenario de CentroCentro, en la segunda jornada de desarrollo de la sección oficial de JAZZMADRID, es propio de intérpretes de envergadura. Ángela Cervantes es una artista de origen y proyecto musical abiertos. Creció como cantante en Ibiza, pero, desde su llegada a Barcelona en el final del milenio, vive instalada permanentemente en el cambio.

En 2012, con su primer disco, En esta orilla de Drexler, se involucró en las canciones del cantautor Jorge Drexler, que, incluso, participó en la grabación. Tras Recordando a Ella Fitzgerald y Joe Pass, grabado en 2014 en compañía del guitarrista Chema Sáiz, llegó dos años más tarde su tercer trabajo, Camino a Santa Clara… Por 50 años más con los Fakires. El título hace muy obvia la colaboración del grupo cubano Los Fakires, y los contenidos pusieron de largo aquellas canciones que a Ángela le cantaba su abuela cuando era niña. La memoria sentimental de la cantante.

Ahora Ángela aborda un espectáculo que permite que su voz arrulle las canciones de la puertorriqueña Sylvia Rexach. Son composiciones de amor y resistencia para las que la vocalista se sirvió en 2021, año de grabación del disco Olas y arenas, de los sugerentes acordes pianísticos del cubano Pepe Rivero, si bien también el significado del proyecto puede interpretarse al revés.

Solo por eso, digamos que Rivero fue revelación hace muchos años con el disco Friday night in Spanish Harlem, en el que el músico se acordó de Chopin, motivo recurrente que protagonizaría más tarde otro de sus álbumes importantes. Recuerden estos detalles y recuerden también que, además de haber publicado casi una decena de discos a su nombre, formó una vez en la Creativa Big Band con Bobby Martínez, y, desde entonces, los proyectos se acumulan en su historial.

Su impronta como músico puede ser una caricia o desarrollarse a la carrera, y circular de una a otra sin desajustarse. Su pianística tiene calor, tensión, vigor y delicadeza. Y sabe utilizar todas esas virtudes en cualquier concierto y desplegarlas sobre un escenario que, como a Ángela con su canto, le cabe en un abrazo. Una perla negra que brilla cuando se hace reflejo de bolero o de guaracha, mostrando los valores de la afrocubanía musical, aunque, eso sí, desde una perspectiva abierta, haciendo avanzado el discurso tradicional.